¿¡A qué juegas, primo!? - El puto profesor Layton y su puta Villa Misteriosa, que se la puede meter por el culo

¿¡A qué juegas, primo!?
por Kwitsat y Deacon

El Profesor Layton y la Villa Misteriosa (Nintendo DS)
Nintendo
Esta vez el equipo de ¿¡A qué juegas, primo!? nos enfrentamos al último gran éxito de la consola preferida de los gitanos, la Nintendo de ése.
A qué juegas, primo vs Profesor Layton, en un duelo de puzzles potencialmente enloquecedor.

En El profesor Layton y la Villa Misteriosa interpretamos a una especie de detective sherlockhólmico y a su niño ayudante, que viajan a un pueblo donde un millonario dejó un enigma, y quien lo resuelva se quedará todo el dinero.
Como buen buitre, tu misión será abalanzarte sobre el muerto y quedarte con toda la pasta, pero para ello deberás solucionar un montón de puzzles extraños, la mayoría de los cuales ni siquiera se entienden bien.

El resto del juego, más allá de los puzzles, consiste en una aventura gráfica, en la que deberemos recorrer el pueblo avanzando en la historia, consiguiendo más problemas y también buscando monedas, que sirven para comprar pistas para los puzzles.

La mayoría de los puzzles son solucionables, máxime si utilizas las pistas. La medida de dificultad de los puzzles viene dada por el número de Picarats que te dan si los resuelves. Cuando tienes muchos Picarats puedes invocar a Satanás.

Lo que merece un aplauso son las excusas que te meten para obligarte a resolver los puzzles. Algunas son bastante lógicas, como por ejemplo: “Resuelva este puzzle para ver si su fama de resuelvepuzzles es verdad”, o incluso “Vaya tengo este problema, no sé qué palanca usar para abrir el puente ¿me ayudas?”.

Pero la excusa que más escucharemos será la siguiente: “¡Bonito sombrero! Esto me recuerda un puzzle sobre sombreros. ¡Resuélvelo!”, “¡Un reloj! Esto me recuerda un enigma sobre relojes”, etc…


Nuestras reacciones.
Cuando llegamos a uno de los puzzles más difíciles del juego (al menos para nosotros), uno de nuestros colaboradores se sacó un moco y lo lanzó contra la pantalla, intentando ofender al profesor Layton.
No lo consiguió. Ése Layton tiene unos nervios de acero.

Le insultamos y le amenazamos para que nos diera la respuesta, pero el cabrón prefería morir a revelárnosla, y seguía en silencio, con esa sonrisa, riéndose de nosotros.

“¡Es sólo un puzzle, Layton!” le dijimos, “¡No merece la pena que te juegues la vida por él, y menos la vida del chico! ¡Layton! ¡Hijodelagranputa!”.
Layton no respondía.
Sabía que no podíamos matarlo.

Tras cinco minutos, tuvimos que dejar de jugar y bajar a una panadería que hay cerca de mi casa a por unas empanadas de atún, para quitarnos el estrés.
Puto Layton. ¡Nos vengaremos!


Valoración: 75/100
Un juego de puzzles que no da mucho más que unos cuantos acertijos a resolver. Es corto y no excesivamente complicado. El gran problema: que una vez lo hayas pasado, se acabó la diversión. Puede resultar gracioso el resolver los puzzles tan currados, pero en general entre puzzle y puzzle hay una larga sección de animaciones y aventura gráfica aburridísima.