11/7/09

PAGINAS DESDE EL PSICOCUBO - HOY "LOBO"

Pongámonos en situación: un pequeño planeta, al otro lado de la galaxia, ha conseguido la autentica utopía. Todos son felices, todos viven en paz, todos tienen trabajo y todas las necesidades están perfectamente cubiertas. ¿El nombre de este paraiso?: Czarnia, lugar querido por los Dioses y joya brillante en el negro azabache del Universo.
Pero como todos los Paraisos, Czarnia tenía su serpiente particular, un monstruo horrible y sanguinario cuya única afición era causar sufrimiento y dolor. ¿Su nombre? Era...


Se que la foto es grande, pero si no la ponía así mi vida peligraba, ¡¡¡creedme!!!
Este bastardo, hijo de mil padres, decidió un buen dia que, ya que nadie en Czarnia era como él, ya que era diferente a todos, lo sería con todas las consecuencias; vamos que sería único en toda la galaxia, por lo que ni corto de perezoso creó una pequeña plaga, voraz y letal que en cuestión de minutos exterminó a todo ser vivo sobre la faz del planeta. Lobo al fin era libre para hacer lo que le diese la real gana...
Este es el origen de Lobo, contado por el señor Keith Giffen en la descojonante miniserie "Lobo: El Ultimo Czarniano", aunque la verdad es que este personaje llevaba pululando ya un tiempo por las colecciones del Universo DC, en especial las de corte más futurista, como "L.E.G.I.O.N", aunque era un personaje mucho mas descafeinado y anodino de lo que llegaría a ser. Las bases del personaje estaban ahi, eso es cierto (su trabajo como cazarrecompensas y su negativa a romper un contrato una vez efectuado), pero el resto del personaje pasaba sin pena ni gloria, debido en parte a su poco atractivo diseño (un horrible traje ajustado lila y naranja) y al insulso uso que hacían de él los guionistas.
Pero Giffen tuvo LA IDEA. Cogió al personaje de Lobo, lo sacó del Comics Code (por lo que podía hacer con el personaje las salvajadas que le diese la real gana), le dio un punto de maniaco violento y comenzó a escribir algunos de los guiones más salvajes y violentos que se habían leido en un cómic de superheroes hasta la fecha. Pero faltaba algo...
Por esas fechas un joven dibujante inglés, que andaba triunfando en 2000AD y en colecciones como "Slaine", decidió dar el salto al cómic americano, y alguien le ofreció la posibilidad de dibujar las aventuras de un asesino espacial, sádico y sin remordimientos llamado Lobo. Nuestro hombre no se lo pensó dos veces, y así fue como Simon Bisley aterrizó en el personaje por el que sería conocido el resto de su vida.

El nuevo diseño del personaje fue rompedor, y compleamente en consonancia con la idea general de la serie: pelo largo, mucho cuero, músculos hipertrofiados, cadenas (y el señor garfio, por supuesto), motos acojonantes y un look sucio y depravado para todos y cada uno de los escenarios por donde se movía nuestro personaje. Si Bisley en "Slaine" era el dibujante heavy-metal, con "Lobo" empezó a tocar un Thrash Metal de lo mas salvaje.
A la primera miniserie siguieron otras, siendo las más destacables "Lobo´s Back", con Giffen nuevamente al guion y Bisley ocupandose del dibujo (menos en el último número), el especial "Navidad Parmilitar", una de las cosas más bestias que he tenido el placer de leer (tanto por la sangre como por lo iconoclasta del asunto a tratar), "Lobo: Infanticidio" con Giffen ocupandose del guion y del dibujo, y donde ya comenzamos a ver la decadencia del personaje.
Y es que a Lobo, no había enemigo que pudiese vencerle salvo uno, su propia fama. Los jerifaltes de DC al ver que la pequeña barrabasada de Giffen contaba con una creciente legión de seguidores decidieron integrar a Lobo en el Universo DC "oficial", por decirlo de alguna forma, y publicar sus aventuras de forma más masiva y regular; eso significaba dos cosas: serie regular y vuelta del Comics Code. Lobo perdió aquello que le hacía especial, ese salvajismo desatado, ese primitivismo visceral, para convertirse en un personaje "duro pero gracioso", con un elenco de secundarios ridiculos y una serie de aventuras cada vez más insulsas y descafeinadas. Es cierto que hubo algunos intentos de volver a los origenes, y que algunos números dibujados por Martin Edmon, como son "Lobocop", "Lobo: en la silla" y "El Osado y el Calvo" alcanzan muy buenos momentos (amen de la excelente calidad gráfica del señor Edmond), pero el resto de la producción (incluyendo los dos especiales con The Authority, o el "Lobo/Batman" dibujado por Bisley) se quedan muy, muy cortos

Conclusión: cómic para descerebrados, con ganas de reirse de todo y de todos, y amantes de la violencia más cerril. Pero sólo las primeras miniseries, recordadlo Fanboys.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario...