PAGINAS DESDE EL PSICOCUBO - HOY "VERTIGO POP: LONDON"

Bienvenidos, una semana más, a esta vuestra sección de cómics. La verdad es que, además de los vulgares tebeillos, otra de las cosas que me pone los huevecillos retozones es la música, en especial los grupos de los años 60 (Stones, Beatles, The Who y similares), asi que grande fue mi sorpresa al enterarme que había una miniserie tebeistica relaccionada con el tema.

La idea de la colección Vertigo Pop era, en principio, el dar una especie de visión global de la cultura pop a lo largo y ancho del mundo en un conjunto de miniseries. Ya la primera ("Vertigo Pop: Tokyo") me dejó un cierto sabor agridulce ya que, aunque la historia no estaba del todo mal y era entretenida, se centraba más en el rollo del cosplay y en una historia de mafioso que en lo que debía ser el mundo musical. Así que entendereis que al enterarme de la publicación de este "Vértigo Pop: London", mi actitud fuese, cuanto menos, escéptica.

Pero al leer los artistas que iban a realizar la miniserie, mis espectativas subieron como la espuma. Y es que no puedo evitarlo...me encanta Peter Milligan, su "Tank Girl: the Odissey", su "Animal Man" posterior a la etapa de Morrison, su "Shade The Changing Man" (serie en la que despuntó Chris Bachalo cuando aun sabía dibujar) y, sobre todo su "X-Statix" con el también genial Mike Allred a los dibujos. Y encima en el apartado gráfico se encontraba Philip Bond, cuyo dibujo me hizo tilín desde que leí la miniserie, también de Vértigo, "Mata a tu Novio".

Y ahora, ¿de que coño va este "Vértigo Pop: London"? Bienvenidos a la vida de Richard "Rocky" Lamont, guitarra y lider de uno de los grupos más conocidos de los años 60 "The Idle Hands", grupo que, en su día, llegarían a, en palabras del propio Rocky "barrer a los Stones del escenario".

Hoy Rocky acaba de cumplir 60 años, es millonario, famoso, está casado (en segundas nupcias) con una mujer despampanante...y su carrera musical está completamente estancada. Mientras Rocky piensa en lo jodida que es su vida, lo poco que ha hecho con ella y como ha ido perdiendo todas sus ilusiones de juventud, conoce a Sean, un chaval joven, atractivo y de escaso talento musical (hecho excelentemente remarcado al mostrarnos a Sean cantando el "Wonderwall"), al que tomará como su protegido para intentar, de forma indirecta, canalizar en el todas sus obsesiones musicales.....¿o quizá de forma no tan indirecta?

Realmente, y al igual que ocurría en la primera miniserie, el tema musical, aunque presente, está tratado de forma tangencial, tratandose la obra más bien de una especie de tragicomedia, con ligeros tintes fantásticos. Pero la historia es buena, y el señor Milligan consigue, de forma magistral, engancharnos a ella con una última página del primer número realmente memorable (y totalmente inesperada...)

Los personajes son autenticos estereotipos, pero aun así cumplen con su papel de forma más que suficiente y, algunos de ellos, nos reservan alguna que otra sorpresilla hacia el final de la miniserie; incluso los personajes menores tienen su gran momento de gloria, como ejemplifica Chad, el batería del grupo, que tiene algunas de las frases más memorables de todo el guión ("¿yo? yo solo era el batería del grupo, la filosofía y las cosas profundas se las dejabamos a los guitarristas").

En el apartado gráfico nos encontramos con un Philip Bond en plena facultad de formas, con un estilo que me recuerda en algunas ocasiones al dibujo primerizo de Jamie Hewlett (co-creador de Tank Girl y diseñador de los personajes del grupo virtual Gorillaz), lo cual no es ni mucho menos malo y pega perfectamente con el ambiente de la historia. Además me encantan sus portadas, que le vamos a hacer.

Concluyendo, que me enrollo más que las persianas: una historia que, pese a su falta de profundidad y falta de espectativas (o quizás por ello), me sorprendió gratamente, me hizo pasar un rato de lo más entretenido, me hizo olvidar el sinsabor de "Vértigo Pop: Tokyo" y, por un momento, me hizo olvidar que, supuestamente, esta era una minisere que debía de tratar sobre música.